Para el concepto de este proyecto, – fase de ideación- nos preguntamos si no éramos capaces de construir una casa que respete la naturaleza al máximo y forjar una conexión con el entorno del edificio (sin hablar de la energía, la sostenibilidad y la ecología), y que a través de su impacto y la experiencia generarían el mismo respeto por el mundo natural. Para ello, hemos aprovechado la pendiente del terreno con el fin de crear conexiones visuales a diferentes alturas con la vegetación y el paisaje existente más allá.
El sitio es una espléndida parcela que cubre 3.500 m2 con una flora rica y variada, árboles muy altos, y una vista hacia las colinas de capas de Valle de Ampuria brava -. El clima es fresco en invierno (-2 ° C), mientras que las temperaturas de verano pueden llegar a 33 ° C, las fuertes lluvias caídas los días entre junio y octubre.
La casa ocupa una cornisa natural en la ladera, frente a la vista al sur y dando la espalda a los vientos que vienen del norte.
